martes, 13 de enero de 2009

cuentO

Meztli y sus Ojitos
Mi nombre es Meztli, significa “luna” en náhuatl, mi papá dice que en la noche la luna se refleja en mis ojos. Mi mamá ya no está con nosotros, esta allá arribita con mi hermanito y papa Dios, desde que ellos se fueron mi papá y yo tuvimos que trabajarle duro y nos cambiamos de casa. En donde vivíamos antes estaba rebonito, en las mañanas el sol salía bien grandote y sentía como se me ponían rojas mis mejillas, en la casita donde vivíamos, no era muy grandecita, pero estaba calientita y lo más bonito es que tenia a mis papis juntos, bueno y también a mi hermanito que estaba dentro de mi mami. Desde aquella noche cuando mi papi salió llorando de la casa, yo no entendía el porqué de su llanto, solo lo fui a abrazar y a quitarle sus lágrimas que le escurrían. El no me dijo nada, me abrazo y me cargo solo recuerdo que me quede dormida en sus brazos, y cuando desperté ya era de día y el sol estaba duro, volteé a ver a los laditos y vi a mi papi sentado al lado de mi dormido, y me di cuenta de que estábamos en algo que se movía, muy rápido, lo desperté y le pregunte qué pasaba, el me dijo estamos en un tren.

- ¿Y mamá dónde está? ¿A dónde vamos? ¿Qué pasa? No entiendo.
Se hizo el silencio, los dos nos quedamos calladitos y solo vi como le escurrió una lágrima.
- Mira mi niña, mamá y hermanito, están en el cielo con los ángeles y con papa Dios.
Al principio no entendía, yo solo quería a mamá junto a mí, la quería abrazar y comérmela a besitos. Paso un momentito y creo que lo entendí, me quede calladita y papi me dijo:
- Dentro de pronto llegaremos a la capital donde yo trabajare mucho para que tu mi niña tengas todos los juguetes y dulces que quieras..

Cuando escuche eso no me importo, yo solo quería a mami junto a mí, le pregunte a papa Dios que ¿Por qué se los había llevado?, el no me contestó nada, pero en ese momento se me quitaron las ganas de llorar, y en eso creo que me volví a quedar dormida. Cuando abrí mis ojitos vi muchisisima gente y muchisisimo ruido, mi papi me venía cargando, pero cuando vio que me desperté, me bajo y caminamos juntos hasta un lugar así medio feo.

- Meztli quédate aquí quietecita, no te muevas y no le hagas caso a nadie, yo ahorita regreso.
Yo lo obedecí, me quede ahí, paradita, luego me senté porque me canse, después de un tiempesote papa regreso,
- Mira mi niña, ya tengo unos cuantos pesos para el desayuno, la comida y hasta para la cena.

Eso me puso muy feliz, pues no habíamos comido desde ayer. Llego la noche y yo tenía mucho frio y mucho sueño, estábamos en un parque, yo estaba sentada y aburrida de estar jugando con las piedritas y con las ramas, me acerque a papá y le dije que ya me quería ir a casa, él estaba sentado y callado, el me contesto:
- No todavía aun no es muy tarde, te doy permiso de que juegues todo lo que quieras, anda ve, que papá tiene que pensar.
- Pero papi, ya estoy aburrida y hace mucho frio.
- A ver ven te cargo.
Él me abrazo y me cargo se paro y comenzó a caminar, llegamos como a una casa grande y vieja, se veían muchos cuartos y puertas, papa toco a la reja y salió una señora vieja y gorda, pero lo que me pareció muy extraño es que mi papá hablo como que en otro idioma, yo no le entendí nada de lo que le dijo, la señora hablaba raro, así como si no fuera de este mundo, pero recordé que cuando llegamos a la capital todas las personas hablaban igual, muy extraño todo eso. Papá me llevo hacia una de esas puertas y la abrió, dentro de ese cuartito había una camita, una silla y una mesa, él me recostó en la camita y me dijo que me durmiera, que mañana seria otro día, él se sentó en la silla y yo cerré mis ojitos.
Ya era de mañana y mi papa me despertó y me dijo que hoy iríamos a conseguir un trabajo para que asi pudiéramos tener dinero, y yo le dije “no te preocupes papi, yo te ayudare a conseguir trabajo, y trabajaremos muy duro para tener mucho dinero”.
Caminamos y caminamos, papá a cada persona que veía le extendía la mano y le decía algo, pero yo no entendía porque las personas no le hacían caso, ni siquiera lo volteaban a ver o lo veían feo.
Llegando la noche, llegamos a nuestro cuartito a dormir, así se fueron pasando los días, salía el sol, nos íbamos a la calle y regresábamos cuando oscurecía; hasta que un buen día, papá llego con un cajón que se hacía grande y chico y tenía como unas teclas, él me dijo que se llamaba “acordeón” y que era un instrumento para hacer música, sonaba muy extraño al principio pero ya después de que practicas suena rebonito, él aprendió a tocar rápido esa cosa. Papá me dijo que lo perdonara pero que él iba a tener que dejarme en el cuartito mientras que el trabajaba, yo me puse a llorar y le dije que era injusto, que no me quería quedar ahí, que quería ir con él.

- No, Meztli entiende que no, azoto la puerta y me dejo encerrada.

Yo me asuste mucho pues mi papi nunca me había gritado, me fui a un rinconcito y me acurruque y no deje de llorar, yo sentí que mi mami estaba junto a mí y me decía que fuera buena niña y que obedeciera a papi, que ella, hermanito y papá Dios nos cuidaban.
Papa llego al anochecer y trajo lechita y pan, hablo conmigo y me pidió disculpas, me dijo que en su trabajo no se permitía llevar a sus hijitas, yo no entendí, pero nunca me dijo en que trabajaba, yo moría de ganas de saber.
Cada día que pasaba, papá llegaba con comida y eso me ponía muy contenta, pero yo seguía sin saber que hacía, desde la mañana que salía con el acordeón hasta en la noche.
Un día papá olvido poner la llave, y yo lo seguí sin que él me viera, iba emocionada pero a la vez temerosa, pasando unas calles, se paro en una esquina y se sentó cerca de la basura, puso un pañuelo sobre el piso y comenzó a tocar, ahí me di cuenta que se había convertido en un “MUSICO” yo corrí a abrazarlo y cuando me vio se sorprendió, su mirada estaba rara, le dije:

- Papi estoy muy orgullosa de ti, eres mi héroe a seguir.
Él no supo que decir, nada más que:
- ¡Vete al cuarto!
- Pero, ¿Por qué?, yo conteste.
- No lo voy a volver a repetir, vete al cuarto.

En eso recordé que mamá me había dicho que tenía que obedecerlo, camine hacia la esquina y me di la vuelta y me escondí, yo quería ver como la gente le aplaudiera a mi papa después de que tocara sus canciones, pero lo que más me sorprendió, es que la gente no lo veía, pasaban enfrente de él y no le aplaudían, unas pasaban y aventaban un par de monedas, en ese momento comprendí que él no era buen músico y que la gente estaba amargada, pero para mí, él era el mejor.
Comenzaron haber noches en las que papá llegaba con un olor muy feo, como de perfume echado a perder, en vez de traer pan y leche, traía botellas con agua que tenían ese mismito olor y ya no siempre iba a trabajar como de costumbre a la calle.
Una de esas noches, la señora vieja y gorda nos fue a gritar de cosas y nos saco del cuarto, no tuvimos ni tiempo de sacar nuestras cosas.
Papa y yo nos fuimos al parque caminando, yo tenía mucho sueño y frio, no comprendía el porqué la señora nos corrió.

- Oye tengo mucho frio.
- Tranquila mi niña, yo te abrigare.

Nos sentamos cerca de la fuente en el piso. Lo abrase y le dije extraño a mama y a hermanito.

- Ya pronto estaremos todos juntos.

Paso el tiempo se me cerraron mis ojitos y sentí como papá y yo abrimos la boca y sacamos aire, volví abrir los ojitos, mama y hermanito ya estaban junto a
mí.

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